jueves, 22 de mayo de 2014

Actividad 5.1. Y con la familia ¿Qué hago?


ACTUACIONES PERTINENTES PARA IMPLICAR A LA FAMILIA


Y CON LA FAMILIA... ¿QUÉ HAGO?
La implicación de la familia como instrumento de mejora

1. Introducción: la colaboración como instrumento de mejora
La investigación ha demostrado la importancia de la colaboración en las actividades de enseñanza, por lo que el maestro no debe actuar en solitario, separado del marco en que se desenvuelve, al margen de los colegas con los que trabaja ni distanciado de las familias de su alumnado. Si esto es así para la enseñanza en general, cobra aún mayor importancia cuando se trata de la enseñanza de niños o niñas que padecen algún trastorno que exige de por sí un trabajo que conlleva un importante esfuerzo de colaboración interinstitucional y multidisciplinar, como es el caso del alumnado afectado de TDAH. Hay que evitar, por tanto, la tentación del aislamiento del profesorado y fomentar el desarrollo de relaciones de colaboración, porque la colaboración, y especialmente la colaboración con la familia, hace que el tratamiento y la intervención sobre el niño o la niña sea lo más integral posible, y esto repercutirá en un mayor beneficio del alumno/a afectado por este trastorno. Un ambiente de colaboración siempre facilita la reflexión y, como consecuencia, la generación de nuevos conocimientos y nuevas ideas que nos ayudarán, tanto al profesorado como a la familia, a vislumbrar nuevos caminos, a encontrar nuevas soluciones y a percibir diferentes contrastes y matices que están fuera del alcance de unos y de otros cuando se actúa independientemente.
La colaboración familia-centro hay que considerarla, por tanto, como un imprescindible instrumento de mejora, aunque suponga un gran esfuerzo institucional y personal. No cabe duda de que se debe procurar a toda costa que la coordinación de tantas y tan distintas áreas y personas implicadas tanto en el diagnóstico como en el tratamiento del alumnado con TDAH sea todo lo eficaz que se pueda tanto desde el inicio de sus actuaciones en la búsqueda de un diagnóstico acertado, como para evitar en lo posible, y desde el principio, el desconcierto y la desorientación de las familias y su continuo ir y venir de un despacho a otro y de unas consultas a otras, y, sobre todo para implicar a la familia en el tratamiento multidisciplinar integral, que todo alumno con TDAH necesita.
Efectivamente, a la hora de la verdad, los maestros nos encontramos con que entre los padres y madres de nuestro alumnado los hay desde los que se implican a fondo en los problemas de educación de sus hijos hasta los que muestran muy escaso interés. Y si eso sucede con la educación en general, ocurre lo mismo en el caso de niños o niñas que empiezan a presentar determinados problemas de aprendizaje y/o de comportamiento. Hay por tanto familias muy distintas que tienen también formas muy distintas de enfrentarse a los problemas que pueden plantearse con la educación de sus hijos, y esto ocurre también cuando hace falta enfrentarse con el Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad.

2. Sospecha de TDAH
Teniendo en cuenta la secuencia seguida por todos los protocolos de coordinación para el TDAH, desde la fase primera (sospecha de TDAH), la relación familia-centro es imprescindible, puesto que suele ser el tutor o tutora quien advierte a la familia de la falta de atención y del deficiente rendimiento de su hijo o hija, y, consecuentemente, es la familia la que se pone en contacto con la tutoría al comprobar que ese escaso rendimiento puede estar relacionado con la desatención y la particular conducta que ellos mismos observan en su hijo/a. Recoger esta preocupación de la familia por parte del tutor y canalizarla debidamente es una de las actuaciones imprescindibles para iniciar el proceso necesario de atención al alumno que presenta estos síntomas. Así, y una vez conocido el informe de la tutora,  la familia podrá ponerse en contacto con los servicios de atención médica con objeto de que se realice el correspondiente diagnóstico clínico, implicándose de lleno desde el inicio del proceso de atención requerida en estos casos.
En muchos casos la información del centro sirve de alivio a los padres al entender que el comportamiento escolar de su hijo puede deberse a un trastorno concreto al que se le puede buscar solución, pero en otros casos suele suceder que la familia no quiere aceptar el problema por considerar que son “cosas de la edad”,”incomprensión del colegio”…y preferir esperar que pase el tiempo, el niño madure…, por lo que en estos casos hay que insistir en la necesidad de afrontar este asunto cuanto antes y en consultar con especialistas en el tema, porque el perjudicado es el niño y porque el paso del tiempo juega en su contra.

3. Diagnóstico
En esta otra fase protocolaria, en la que tiene lugar la valoración de los expertos y la producción del correspondiente diagnóstico de TDAH, es cuando hay que extremar el interés y el esfuerzo por conseguir la mayor y mejor coordinación entre centro, familia y personal sanitario. En esta sentido, las actuaciones conjuntas entre tutor y familia en la fase de información previa al diagnóstico se deben centrar, fundamentalmente, en la comprobación por ambas partes de las dificultades que presenta el niño/a en los distintos ámbitos en los que se desenvuelve (familia, colegio, amigos, barrio…) y en la descripción de su conducta, y, una vez de acuerdo en estos extremos, se aunarán los esfuerzos en proporcionar la información necesaria a los servicios que la soliciten para obtener un mejor conocimiento de este niño/a.
 Para conseguir la colaboración efectiva de la familia en esta fase, es imprescindible llevar a su conocimiento y comprensión que son absolutamente necesarios los datos aportados por la misma en relación con su hijo, puesto que de estos datos va a depender en gran medida el diagnóstico que se emita por los especialistas y el tratamiento oportuno que derive de este diagnóstico.
Para estas primeras fases, puede ser muy conveniente y de gran interés proporcionar a las familias afectadas información a través de documentales y vídeos sobre TDAH, que se pueden encontrar fácilmente en Internet.
Asimismo, y una vez producido el diagnóstico, podría tener para la familia especial interés el visionado y comentario de vídeos sobre personajes famosos con TDAH, como puede ser, por ejemplo, el referido al Dr. Rojas Marcos, por ser una personalidad tan popularmente conocida no solo por sus publicaciones sino por su frecuente presencia en los medios de comunicación de masas

4. Tratamiento y evaluación de actuaciones
Es en esta fase (fase de tratamiento y evaluación de las actuaciones que el niño está recibiendo) en la que se va a llevar a cabo una adaptación curricular en el centro y se va a valorar el tratamiento a corto, medio y largo plazo,  en la que debe colaborar muy directamente la familia para ayudar al alumno a conseguir hábitos de trabajo y a modificar su conducta, por lo que es muy importante diseñar y programar un plan de coordinación que implique a la familia en el que se incluyan, entre otras las siguientes actuaciones:
-       Remitir a la familia a alguna asociación de TDAH para que puedan ayudarla despejándole dudas y liberándole de angustias;
-       establecer y reforzar una buena comunicación entre centro escolar, servicios sanitarios y familia;
-       disponer de los datos necesarios (teléfono, mail…) de todos los servicios implicados que nos permitan hacer uso de una comunicación eficiente en caso necesario;
-       dar a conocer a la familia la agenda de tareas del alumno y sus tiempos de realización, con objeto de que colaboren en el cumplimiento de las mismas;
-       llevar a cabo seminarios y proyectos de innovación con participación del profesorado y de las familias donde se incluya la formación en TDAH.


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